Cuántas veces no has pensado en ¿cómo sería tu último día?, ¿cuáles serían las últimas palabras que les dirías a tus amigos? O ¿A tu familia? ¿Qué sería lo último que harías ese día? ¿Cuál sería el último pensamiento en desvanecerse? ¿Qué te falto decir? ¿Qué metas te faltaron cumplir?
No sé que tan normal sea llegar a pensarlo, de cualquier forma, sé que varios lo hemos pensado en algún momento y sé que no sería un pensamiento muy saludable si es constante o continuamente recurrente.
Todos tenemos esos días, aquellos en los que sientes/sabes que hiciste y ayudaste a todos, pero no sientes que haya sido recíproco; te faltaron palabras de aliento, un consejo, o simplemente un abrazo y que te escucharan.
Es más complicado si no sabes pedir ayuda o canalizar de forma verbal esas emociones y sentimientos, te encierras un poco en tu mundo, e intentas dejar que todo pase.
No funciona así.
Ellos, el mundo, no sabe como te sientes e incluso si lo saben, se convierte en un punto débil que conocen de ti, para ellos, es una ventaja, te dirán que no puedes, que no eres suficiente, que pudiste dar más o que no lo intentes porque no eres capaz, que te limites a una cosa porque no hay tiempo, que cambies para llamar más la atención, o que no lo hagas porque a nadie le va a interesar, etc.
A veces, te conviertes en ese pequeño ser susceptible a dejarse llevar por todo lo que una pantalla te deja ver, y no llegas a profundizar que aquello que te están mostrando es una mínima parte de solo 15 segundos para darle like, dónde al apagarla, el mundo de ellos también puede estar en negro y uno creyendo que todo es rosa...
AND THEN…
A veces solo hace falta apagar esos estímulos que te dicen “cómo, quién, qué” deberías ser y …
Cerrar la puerta de tu cuarto, poner tu luz favorita, tu playlist predilecta, quedarte en tu outfit más cómodo (sí, undies también cuenta), soltar tu cabello y bailar. Mover todo lo que te hace ser tú.
En este momento, solo se necesita que seas Tú.
Con maquillaje, sin maquillaje, bailando lento, moviendo alocadamente cada extremidad de tu cuerpo, con ritmo o sin él, despeinado, con música con 70-100 beats o de 110-120, ¡just enjoying being you!
Detener todo lo que está a tu al rededor por unos momentos y volver a empezar.
La única motivación que necesitas.
Es darte cuenta que todo lo que haces, dices y piensa debe ser para y por ti!
Comments