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Final de Temporada

Foto del escritor: Ikil ErandiIkil Erandi

En estos días estuve inactiva por una razón que desgraciadamente todos vamos a vivir en algún momento de la vida.


Perder a una persona que está en este mundo en cuerpo, mente y alma, casi de un día para otro, de unas horas a otras, es un cambio que, aunque sepamos que así es la ley de la vida, nunca lo esperamos.


Agradecemos el tiempo que pasamos con esas personas, agradecemos las enseñanzas que nos dejaron y los cuidados que nos dieron, pero son en esas últimas horas, en esos últimos momentos, dónde quisiéramos saber más, preguntar más, escuchar sus voces, sentir su tacto, oler su perfume de todos los días; recordamos aquel momento en el que las palabras de esa persona, eran las exactas para el momento que estabas viviendo y que de forma inconsciente fueron el impulso para hacer o lograr un cambio.


Recuerdas los momentos en los que pensaste que la persona tuvo errores, aquello en los que algún comentario no fue de tu agrado o que algunas acciones no fueron las que tú hubieras hecho, sin embargo, pasaron.


Pasa, y te das cuenta, que NO PASO NADA.


Al final, nos damos cuenta que de todo lo que hacemos, conseguimos, vivimos, decimos y hacemos, desaparece y que personalmente nos vamos únicamente con la experiencia de haberlo vivido, sin que nadie más sepa de forma exacta todo lo que se sintió o se pensó en el momento de experimentarlo.


Por otro lado, el final de una vida es un momento doloroso (para el que aún sigue vivo), tendemos a seguir pensando en nosotros y en el deseo de que la persona exámine siga a nuestro lado; necesitamos proceso de todas las etapas de superación y aceptamos frugalmente que era algo que tenía que pasar, que la persona estará mejor y que Dios sabe ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? y lo aceptas.


Después del óbito, podemos seguir experimentando un momento doloroso y de aprendizaje, sin embargo, en nuestra forma externa logra (en el mayor de los casos) hacernos ver a la personas que continúan a nuestro lado, aquellas con las que mantienes conversaciones de las experiencias, sentimientos, momentos vividos con la persona y... aprendes.


Nuevamente sale a la luz, la delgada línea entre la vida y la muerte, entre el crear y clausurar; nos hacemos conscientes de todas las personas que están y existen en ese momento con nosotros y aprendemos a valorarlas más.


Es un momento de una extraña lucidez extrema, dónde piensas en ti, examinas lo que sientes, tus planes a futuro, reconsideras tu opiniones y te cuestionas el ¿Por qué? de tu pasado... pero no solo piensas en ti, piensas en todos.


Un momento de reflexión de TODO.


Aunque el proceso de cada quién sea único, es interesante ver cómo en algún momento se juntan las personas para superar el duelo o lo que estén sintiendo y encontrar consuelo entre ellas.


A pesar, de saber que es un momento en la vida que sucederá; no se espera, y aún así vivimos sin darnos cuenta que cada minuto y segundo cuenta, tal vez para hacer el gran cambio de tu vida o para detenerte y disfrutar el momento.


En estos días aprendí, que todos tenemos un antes y un después de nosotros mismos que ha dependido de nuestros mayores momentos de éxtasis o tristeza; sean los que sean esos momentos, hoy vivo uno de ellos.


Por lo tanto, gracias por llegar a este pequeño final de temporada, con emoción de un misterio prometedor...


Nos veremos con nuevos e interesantes capítulos en la siguiente.



Ta Ta Ta... For Now 🖤🤍


In my thoughts, always☯


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